Mudar los gabinetes me tomó exactamente el mismo tiempo que este año. Tardé mucho más que obtener billetes de AVE en la página web de Renfe.
No obstante, en esta ocasión opté por una forma de pensar minimalista de llevar a cabo una limpieza bastante profunda. Pero, ¿de qué manera entender si la ropa está suficientemente utilizada para tirarla del armario?
Pruébate toda la ropa que desees preservar
Si disfrutas preservar tu ropa, podrías caer en la trampa de que hay una pequeña oportunidad de que todavía emplees una camisa que no lo he utilizado en un par de años Ese es un pensamiento arriesgado, y entre las causas es que te ordena a aferrarte a cosas que por supuesto por el momento no empleas.
Prueba cada situación para poder ver si disfrutas. Si no se siente bien inmediatamente, quítelo y tírelo a la pila de ropa para liberarse de él. Puedes conceder esta ropa y sentirte bien prestando asistencia a alguien en vez de quedártela sin fundamento.
Cuestiones top para ordenar tu armario
La primera cosa que tienes que realizar en el armario diez es sacar toda la ropa que tienes en tu armario y hacerle a cada una el interrogante de base que precisas para entender si debe procurarles de nuevo un espacio o valorar otras alternativas para ellos. A fin de que este truco ande es primordial tu sinceridad y deber: no te brinques ninguna prenda y no te disculpes.
- ¿He llevado esta prenda en ámbas últimas temporadas? Si la contestación es no, su rincón está fuera de tu armario.
- ¿Cuál es el estado de la ropa: color, textura, abrasiones…? Si se ve mal, mejor no guardarlo nuevamente.
- ¿Qué recuerdos te trae esto a la cabeza? Si, por servirnos de un ejemplo, tras ver una falda o un pantalón, recuerdas lo incómodo que te sientes, eso no es ropa.
- ¿Tienes la talla correcta? Olvídate de almacenar la ropa por si acaso engordas, adelgazas o creces de estatura… no es buena iniciativa y naturalmente no son básicos de armario.
El problema de la talla
El cuerpo cambia y la ropa asimismo. Almacenar cierto género de prendas que no se ajustan a las dimensiones puede ser una actividad que contribuya al acaparamiento insignificante de piezas. Si los suprime, probablemente halla otra gente que logren llevar a cabo un mejor empleo de ellos.
Se aplica a joyas, lentes, bolsos e inclusive ropa. Lo que está roto no sirve. Si lo dejaste en el armario con la iniciativa de arreglarlo y pasó el tiempo y no puedes llevarlo a cabo, es hora de decir adiós.
Ordena en muchos
Empieza mirando tu armario y clasificando tu ropa en muchos. Saca todo del armario, haciendo un trabajo por partes. Empieza colgando la ropa y, en el momento en que hayas terminado, prosigue con las piezas guardadas en el armario. La ropa que amas y empleas de forma frecuente acaba en la pila «guardada». Las cosas que amas pero que no has utilizado en un tiempo y no tienes idea de qué manera se van a ver acabarán en la pila de «pruebas». Los productos que no has utilizado en un tiempo van a la pila de «limpieza».
Divide tu ropa por igual en invierno y verano. En el otoño, guarde la ropa de verano (caftanes, biquinis, pantalones cortos, vestidos de verano, etcétera.). En primavera, almacena tu ropa de invierno (leggings, guantes, jerséis gruesos, ropa térmica, etcétera.) y guárdala en un espacio de bien difícil ingreso. Guarde los productos que no va a tocar hasta la primavera lo mucho más lejos viable de la visión.
